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sábado, 20 de junio de 2015

SOLO ROMANICO - SOLO FOTOS - IGLESIA DE SAN PELAYO DE AYEGA (VALLE DE MENA - BURGOS)

Iglesia de San Pelayo de Ayega
La situación de la iglesia de San Pelayo de Ayega (Valle de Mena - Burgos) hasta hace poco era ruinosa. Incluso la vegetación campaba a sus anchas en el interior.
 
Pero un buen día, alguna mente maravillosa dispuso que había que recuperar este bello templo que incluso recibió en su día el ataque de un rayo que casi la hace desaparecer para siempre.
 
Ventana ciega de el ábside de San Pelayo
Muy cercana a la vizcaína Valmaseda, aunque perteneciente a la provincia de Burgos, San Pelayo de Ayega se encuentra en un precioso valle fronterizo donde construyeron la iglesia entre los siglos XI y XII.
 
El templo que ha sufrido grandes cambios con el devenir de los tiempos, fue construida en pobre mampostería lo que quizás la da más prestancia en nuestros días acostumbrados a otro tipo de construcción más potente.
 
 
 
Aunque de factura ruda destacan en San Pelayo su portada y su ábside con algunos canecillos que aunque un tanto toscos los consideramos de importancia, quizás porque no se repiten mucho en otras iglesias de la zona.
 
Canecillos San Pelayo de Ayega

Canecillos San Pelayo de Ayega
A destacar uno de los canes del ábside que nos fascinó desde el primer instante (bajo estas líneas). Aunque en todos los manuales del románico lo describen como un perro, para nosotros es un ataque directo a la religión musulmana de la época con una persona de raza negra con pezuñas de animal orando en su habitual postura. Incluso la cara nos recuerda al negro con orejas de burro de Moarves de Ojeda, por lo que el desprecio a la otra religión era habitual en nuestro románico.

Can de perro o de musulmán con pezuñas orando?


Como hemos comentado destaca en el templo su portada con un expresivo tímpano, en el que conviven pequeños ángeles y personajes que esperan quizás su particular juicio final. Uno domina al león (el poseedor de la virtud) mientras otro es devorado por otra bestia (el pecador).
 
EGO (S)U(M) PE(L)AGIU(S) CORDUBA - Yo soy Pelayo de Córdoba
 


 
Os animamos a visitar este bello templo en un espacio rural especialmente atractivo.

Más info:
 
 
 





 
Fotos: Andrés Serna 2012-2013.
 

sábado, 30 de mayo de 2015

IGLESIA SEMIRUPESTRE DE SAN JUAN BAUTISTA DE SOCUEVA (ARREDONDO – CANTABRIA)


Nos acercamos en esta ocasión a la iglesia rupestre (aunque mejor sería decir semi-rupestre) más lejana de la gran ruta de eremitorios rupestres que comienza en el norte de Palencia y que tras atravesar Cantabria, Burgos y Alava nos llevaría a la cueva de San Millán en la Cogolla riojana.

Visitamos la Ermita de San Juan Bautista de Socueva en Arredondo (Cantabria).
 
 
El templo se encuentra ubicado en un lugar de excepcional belleza paisajística dentro del Parque Natural de los Collados del Asón, muy cercana al espectacular salto de agua donde nace el Río Asón.
 
Farallón Rocoso, en la mordiente se encuentra la iglesia de Socueva
Nos encontramos en un lugar plagado de yacimientos prehistóricos, arte rupestre, cuevas naturales y un paisaje único de agrestes paredes aptas para la más difícil escalada.
 
Una de las cuevas cercanas a la iglesia
 
Camuflada en una de esas impresionantes paredes encontramos la ermita que parece ser siempre estuvo bajo la advocación de San Juan Bautista.
Sus constructores trabajaron la cueva con pobre mampuesto en la que quizás es la cueva natural más pequeña de la zona. Aprovecharon incluso su suelo original en pendiente hacia arriba.
 
Interior de la iglesia de Socueva
Nos adentramos en un pequeño e incómodo, pero mágico templo, de planta rectangular de unos seis metros en el que apenas entrarían cinco o seis personas a lo sumo.
Adaptado en dos alturas obligado por el suelo de la cueva, destacan en su interior un arco de herradura y su ábside semicircular con un pequeño altar de piedra.
 
Altar en el interior del ábside
Solo dos pequeñas ventanas, una en su ábside y otra abocinada en una de sus paredes, dejan penetrar una misteriosa, recóndita y secreta luz a su oscuro interior.
En el exterior de la cueva, en un pequeño porche, bajo una techumbre de teja de aspecto más que peligroso encontramos un castigado retablo de madera instalado en el siglo XIX.
 
Arco de herradura e interior desde el ábside
La ermita de Socueva fue dada a conocer por Don Maximiano de Regil y Alonso, abogado e historiador cántabro, en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones en 1897 bajo el título “Arco Arabe en una Cueva de la Provincia de Santander”.
 
San Juan de Socueva es sin duda alguna un punto importante dentro del primer cristianismo en Cantabria y sin duda tiene que estar relacionada de algún modo con las iglesias y centros eremíticos que aún se pueden encontrar en el norte de Palencia y en el sur de Cantabria.
 
Arco de Herradura y ventana muro derecho
Nave y muro izquierdo apoyado en la cueva
Como siempre su datación se hace dificultosa e inexacta.
No se han encontrado escritos o antiguos graffitis y solo su arco de herradura nos da posibles datos, aunque quizás en vez de ayudarnos, nos confunde aún más en su posible cronología.
¿Arco de Herradura visigodo o arco mozárabe?. ¿Del siglo VI, del siglo IX o más tardia?. ¿Es una iglesia de las primeras misiones evangelizadoras cristianas en Cantabria, de mozárabes que escapan del dominio musulmán o de función repobladora de tierras en los principios de la Reconquista?.
 
Nave de la ermita desde el muro izquierdo
Porche exterior de la cueva.
Retablo del siglo XIX que antecede a la ermita cueva
Lo mismo nos ocurre en relación al número de eremitas que allí oraban. ¿Sería un solo monje, dado el reducido tamaño de la ermita, o vivirían allí varios ermitaños en cenobio ocupando como vivienda cualquiera de las cuevas naturales pegadas a nuestra iglesia?.
 
Exterior del ábside de Socueva
 
Nos despedimos de la fascinante ermita de Socueva pero no queremos hacerlo sin exponer las malas condiciones en que se encuentra todo el conjunto.

Aunque fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985, la ermita lleva varios años en la Lista
Roja de Patrimonio en peligro.

Nuestra visita fue un Viernes Santo y tras varias horas en la zona pudimos contar más de una veintena de visitantes, lo que se nos antoja como una elevada suma.

Sabemos de personas y asociaciones que han presentado serios estudios para su mejora pero poco se ha hecho. Se ha cerrado el paso al ganado al recinto y se ha asfaltado una carretera que te lleva cómodamente al monumento.
 
Interior de ábside y altar 
Hasta no hace mucho, el acceso a la iglesia era bastante dificultoso, casi campo a través, lo que dificultaba mucho su visita. Desde nuestra modesta opinión pensamos que la mejora del acceso quizás debiera haber sido el último paso ya que los graffitis modernos, de los amigos aficionados a escribir su nombre en todos los sitios, se han multiplicado.
 
El Eremita de San Juan de Socueva
Os animamos a visitar este fantástico y mágico lugar plagado de historia, naturaleza (si tienes suerte como nosotros el Halcón te saludará con su vuelo) y alucinantes paisajes.

Recuerda: admira y respeta; y si encuentras al eremita pídele que te cuente su historia.
 
Las vistas del Eremita de Socueva
Texto: Andrés Serna. 2015.
Fotos: Andrés Serna y Pedro Ocejo. 2015.
Vídeo: El Correo de las Matas. 2015.
 
Bibliografía:
“Los estudios sobre la arquitectura excavada medieval hispana como testimonio de la evolución ideológica sobre el Medievo” Vanessa Jimeno. Universidad de León.
“Arco árabe en una cueva de la provincia de Santander”. Maximiano de Regil y Alonso. Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. Número 48. 1 de febrero de 1897.
“Anteproyecto de restauración y protección de la ermita de San Juan de Socueva (Arredondo - Cantabria). Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo. Mariano Luis Serna Gancedo. Santander, 27 de junio de 2003
“Arqueologia Cristiana de la Antigüedad tardía en Alava, Guipuzcoa y Vizcaya”. Agustín Azkarate. Diputación Foral de Alava. 1988.
“El culto a San Millán en Valderredible’ Las Iglesias rupestres y la formación del camino de Santiago. Gregory Kaplan. Sociedad Gestora del Año Jubilar Lebaniego (2007).
 
“San Juan de Socueva: El Abandono de una Ermita”. Grupo Alceda. El Diario Montañes. 13 de Mayo de 2013.
 

domingo, 7 de abril de 2013

SAN PEDRO DE ARLANZA – HORTIGÜELA (BURGOS) - EL DIABLO VOLVIÓ AL MONASTERIO


Aunque normalmente intentamos en este blog no alejarnos mucho del motivo principal de esta web, norte de Burgos y Palencia y sur de Cantabria, algunas veces nos permitimos desplazarnos a otras zonas por el interés de la zona visitada.
Siempre nos han interesado en este blog los pueblos abandonados (Perros, Lorilla, etc) y los monasterios e iglesias que el paso del tiempo ha dejado en ruina (Monasterio de Rioseco, Iglesia de Cortiguera, etc).


El lugar que hoy visitamos es interesante por todo. Arte, naturaleza, historia y fantásticas leyendas nos llevaron a visitar uno de los enclaves más bellos y mágicos de la provincia de Burgos: el monasterio benedictino de San Pedro de Arlanza.
San Pedro de Arlanza está situado en el pueblo de Hortigüela muy cercano a la villa de Covarrubias.

Todo es leyenda en San Pedro y la fábula comienza en su misma creación.
 
Corrían los primeros años del siglo X cuando el Conde Fernán González (910-970) recorría de cacería las tierras de su padre el Conde Gonzalo Fernández por la Sierra de Mamblas. Fernán, ávido cazador, avistó un gran jabalí que llevar a su alforja. En la emoción del momento y sin que sus ayudantes acudieran en su ayuda, Fernán azuzó a su montura perdiendo el sendero. De repente el Conde cayó de su caballo yendo a parar a una profunda cueva de cuyo interior, para su sorpresa, salió un viejo eremita que allí vivía apartado del mundo.
El santo y sabio eremita, de nombre Pelayo, entró en conversación con Fernán al que profetizó que sería el gran libertador de Castilla, llevando a la independencia al condado castellano.
El futuro brillante que Pelayo vaticinó al Conde, se cumplió al completo y Fernán agradecido volvió a la cueva años más tarde a visitar al Santo Pelayo encontrando que este ya había fallecido.
En homenaje al eremita Fernán mandó construir una ermita dedicada a San Pelayo.
 
Cuando la ermita se llenó de monjes, el Conde ordenó la construcción de un gran monasterio donde además dejó escrito que fuera enterrado.
Su deseo fue cumplido y llegada su muerte, allí fue enterrado con su esposa Sancha.
El abad del monasterio Fray Antonio Yepes escribía en el siglo XVI: “En fechas señaladas se oye un gran ruido que sale de la tumba del Conde Fernán González animando a sus sucesores y a su sangre”.
 

Años después de su fundación, el Abad Vicente decidió ampliar el monasterio, y en ese momento comienza otra de las grandes leyendas de San Pedro de Arlanza.
A las órdenes del Maestro Guillermo comenzó la obra de ampliación del gran monasterio.
 

Obreros, canteros y demás gremios pusieron manos a la obra en la construcción de la nueva iglesia.Pero resultó que todo lo construido durante el día, era destruido por la noche. Parece ser que el mismo diablo destruía lo trabajado porque no quería que el monasterio creciera en importancia.
 
La obra no avanzaba y el Abad consultó que hacer a uno de los sabios eremitas que vivían junto al río. El ermitaño le aconsejó que pidiera ayuda a un viejo caballero templario que vivía en un monasterio cercano.
El templario, conocedor de artes mágicas aprendidas en Tierra Santa, prometió su ayuda al Abad y acudió a San Pedro.
 

Una vez allí pidió al constructor que grabara en el suelo de la iglesia el juego del alquerque (tres en raya) y esperó la llegada del demonio en la oscuridad de la noche.
Cuando Satán llegó al monasterio, el templario le planteó un reto. Jugarían una partida al juego, si perdía el templario, le daría su alma para siempre, pero si perdía el diablo, debería finalizar toda la obra del monasterio y no volver a molestar jamás.

El diablo dijo sí a la apuesta y además comenzó la partida con ventaja ya que el templario le dejó colocada desde el inició la ficha del centro.
 

El diablo reía de emoción por la facilidad del reto planteado pero tras mover la ficha central para vencer al templario, gritó de improviso y desapareció en una gran bola de humo.
El templario amaño el juego y bajo la ficha central dibujó en la piedra un signo mágico que acabaría con el maligno.

El diablo perdió el reto pero cumplió lo prometido y al día siguiente el monasterio al completo estaba terminado.
 
 
 
Acabada la construcción, el monasterio dirigido por monjes benedictinos ganó importancia y prosperidad y pronto recibió ayudas y donaciones de nobles y aristócratas. Muchas parroquias, monasterios y poblaciones pasan a depender directamente de San Pedro de Arlanza.
Más leyendas se van sumando con el tiempo y como buen monasterio Arlanza suma a su riqueza material y espiritual grandes reliquias que lo marcan como punto importante de peregrinación.
 
 

Junto a cuerpos de muchos Santos (Santo Rey Wamba, San Vicente, San Pelayo, etc) en los muros de Arlanza vivieron una parte del brazo de San Pedro y un dedo de San Pablo, como certifica en un escrito Fray Antonio Yepes. Otra de las grandes reliquias que trajo gran número de peregrinos y limosnas al monasterio fue un gran trozo del Lignum Crucis, el madero donde fue clavado Jesucristo.

 

Arquitectónicamente el monasterio no paró su transformación desde su creación hasta el siglo XVIII. Prerrománico, Románico (siglo XI), tardo Gótico (siglo XV) y Herreriano (siglo XVII) son algunos de los estilos que aún podemos admirar hoy en el castigado monasterio.

 

La importancia de San Pedro de Arlanza fue decayendo y el monasterio entró en decadencia.
Como si el diablo hubiera vuelto tras romper su trato con el templario, el monasterio comienza a desmoronarse.

 
 

En 1841, otro diablo, Mendizabal y su desamortización, hizo que los monjes abandonaran el lugar para siempre.
Desde ese momento el monasterio fue expoliado sin control. Afortunadamente algo pudo ser salvado aunque iniciando largos viajes.
La tumba de Fernán González y Sancha reposa desde entonces en la Colegiata de Covarrubias y una de las fuentes del claustro viajó para asentarse en un paseo de Burgos capital.
 
Pero otras partes de San Pedro iniciaron viajes más largos en medio del expolio y la desolación.
Una de las portadas románicas de la iglesia se encuentra en la sala 31 del Museo Arqueológico Nacional de Madrid desde 1895.
Más largo viaje le esperaba a las fabulosas pinturas románicas de finales del siglo XI que decoraban algunas estancias del monasterio. Hoy en día se encuentran en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y, sorpréndanse, en el Fogg Art de la Universidad de Harvard y en el Museo Metropolitano de Nueva York.
 
 
El diablo esperó muchos siglos para vengarse y mandar todo lo más lejos posible de San Pedro de Arlanza.
Todas las reliquias desaparecieron y gran parte de su biblioteca y escritos fueron a parar a manos privadas tras el expolio.
 
Pero a pesar de la ruina, San Pedro de Arlanza continúa hoy día siendo un lugar para admirar y disfrutar. Un lugar plagado de arte, de bellos paisajes y de una fascinante historia llena de leyendas para recordar.
 
No queremos acabar este artículo sin hablar del increíble Pinsapo (especie de Abeto) que sirve de tejado del Claustro Menor con sus ramas. Especie propia de los bosques del sur de España, es el único ejemplar de este árbol en la provincia de Burgos. Se cree que tiene más de 150 años y mide más de treinta metros. Quizás ha crecido y durado tanto años porque recibe a diario los cuidados del fantasma de una dama vestida de blanco que dicen vive en la torre del monasterio.
 
 
NOTA: En esta entrada nos hemos referido unicamente a las leyendas que envuelven el Monasterio de San Pedro de Arlanza. Por esta razón las fechas de quien creo en realidad el monasterio son erroneas. Las leyendas, leyendas son.
Adjunto dejamos un vídeo de RTVE donde se explica con datos veraces la creación de San Pedro de Arlanza.
Si quieres saber más en relación al arte de San Pedro de Arlanza visita: San Pedro de Arlanza en Arquivoltas
 
 
 Vídeo: RTVE.
 
Fotos Pinturas: Museo Nacional de Arte de Cataluña y Museo Metropolitano de Nueva York.
Fotos San Pedro de Arlanza y Ermita de San Pelayo: Miren Oromendía y Andrés Serna. 2013