Cilleruelo de Bricia desde el bunquer de el Alto Campino |
Maricruz Vallejo de Barrio de Bricia fue la primera que me habló de los "malos quereres".
Al principio no entendíamos esa expresión, pero pronto nos quedó muy clara.
Maricruz Vallejo (Barrio de Bricia) |
Antes de llegar los combates a la zona "los malos quereres" fueron los protagonistas de una guerra entre hermanos. Las envidias y los falsos comentarios hicieron el mismo daño en Alfoz de Bricia que en el resto de España.
Cualquier chisme valía para que por lo pronto te raparan el pelo al cero. Chivatazos de que eras rojo o nacional o de que no ibas nunca a misa servían para tu detención y maltrato. Anselmo López, hermano de mi abuelo Augusto de Lomas de Villamediana, fue acusado de ser Rojo y rápidamente detenido en Escalada. No sabemos que pudieron hacerle, pero Anselmo quedó tocado mentalmente para siempre.
A pesar de lo pequeño de la zona las tierras de Bricia vivieron la guerra como las grandes ciudades y al igual que en éstas se quemaron iglesias, también Cilleruelo de Bricia y Bricia vieron arder sus templos en el ardor anticatólico de los milicianos republicanos.
Postal del Altar inaugurado en la iglesia de Cilleruelo de Bricia el 2 de junio de 1926 quemado en la guerra civil |
Los jóvenes de la zona comienzan a plantearse su posición y ante la inmediatez de los combates comienzan a decidir en que bando meterse.
Lo próximo que llegaría a la zona son los tiros, las explosiones y los muertos.
La guerra azota nuestras casas.