Aunque normalmente intentamos en
este blog no alejarnos mucho del motivo principal de esta web, norte de Burgos
y Palencia y sur de Cantabria, algunas veces nos permitimos desplazarnos a
otras zonas por el interés de la zona visitada.
Siempre nos han interesado en
este blog los pueblos abandonados (Perros, Lorilla, etc) y los monasterios e
iglesias que el paso del tiempo ha dejado en ruina (Monasterio de Rioseco,
Iglesia de Cortiguera, etc).El lugar que hoy visitamos es interesante por todo. Arte, naturaleza, historia y fantásticas leyendas nos llevaron a visitar uno de los enclaves más bellos y mágicos de la provincia de Burgos: el monasterio benedictino de San Pedro de Arlanza.
San Pedro de Arlanza está situado en el pueblo de Hortigüela muy cercano a la villa de Covarrubias.
Todo es leyenda en San Pedro y la
fábula comienza en su misma creación.
Corrían los primeros años del
siglo X cuando el Conde Fernán González (910-970) recorría de cacería las
tierras de su padre el Conde Gonzalo Fernández por la Sierra de Mamblas.
Fernán, ávido cazador, avistó un gran jabalí que llevar a su alforja. En la
emoción del momento y sin que sus ayudantes acudieran en su ayuda, Fernán azuzó
a su montura perdiendo el sendero. De repente el Conde cayó de su caballo yendo
a parar a una profunda cueva de cuyo interior, para su sorpresa, salió un viejo
eremita que allí vivía apartado del mundo.
El santo y sabio eremita, de
nombre Pelayo, entró en conversación con Fernán al que profetizó que sería el
gran libertador de Castilla, llevando a la independencia al condado castellano.
El futuro brillante que Pelayo
vaticinó al Conde, se cumplió al completo y Fernán agradecido volvió a la cueva
años más tarde a visitar al Santo Pelayo encontrando que este ya había
fallecido.
En homenaje al eremita Fernán
mandó construir una ermita dedicada a San Pelayo.
Cuando la ermita se llenó de
monjes, el Conde ordenó la construcción de un gran monasterio donde además dejó
escrito que fuera enterrado.
Su deseo fue cumplido y llegada
su muerte, allí fue enterrado con su esposa Sancha.
El abad del monasterio Fray
Antonio Yepes escribía en el siglo XVI: “En fechas señaladas se oye un gran
ruido que sale de la tumba del Conde Fernán González animando a sus sucesores y
a su sangre”.
Años después de su fundación, el
Abad Vicente decidió ampliar el monasterio, y en ese momento comienza otra de
las grandes leyendas de San Pedro de Arlanza.
A las órdenes del Maestro
Guillermo comenzó la obra de ampliación del gran monasterio.
Obreros, canteros y demás gremios
pusieron manos a la obra en la construcción de la nueva iglesia.Pero resultó que todo lo
construido durante el día, era destruido por la noche. Parece ser que el mismo
diablo destruía lo trabajado porque no quería que el monasterio creciera en
importancia.
La obra no avanzaba y el Abad
consultó que hacer a uno de los sabios eremitas que vivían junto al río. El
ermitaño le aconsejó que pidiera ayuda a un viejo caballero templario que vivía
en un monasterio cercano.
El templario, conocedor de artes
mágicas aprendidas en Tierra Santa, prometió su ayuda al Abad y acudió a San
Pedro.
Una vez allí pidió al constructor
que grabara en el suelo de la iglesia el juego del alquerque (tres en raya) y
esperó la llegada del demonio en la oscuridad de la noche.
Cuando Satán llegó al monasterio,
el templario le planteó un reto. Jugarían una partida al juego, si perdía el
templario, le daría su alma para siempre, pero si perdía el diablo, debería
finalizar toda la obra del monasterio y no volver a molestar jamás.
El diablo dijo sí a la apuesta y
además comenzó la partida con ventaja ya que el templario le dejó colocada
desde el inició la ficha del centro.
El diablo reía de emoción por la
facilidad del reto planteado pero tras mover la ficha central para vencer al
templario, gritó de improviso y desapareció en una gran bola de humo.
El templario amaño el juego y
bajo la ficha central dibujó en la piedra un signo mágico que acabaría con el
maligno.
El diablo perdió el reto pero
cumplió lo prometido y al día siguiente el monasterio al completo estaba
terminado.
Acabada la construcción, el
monasterio dirigido por monjes benedictinos ganó importancia y prosperidad y
pronto recibió ayudas y donaciones de nobles y aristócratas. Muchas parroquias,
monasterios y poblaciones pasan a depender directamente de San Pedro de
Arlanza.
Más leyendas se van sumando con
el tiempo y como buen monasterio Arlanza suma a su riqueza material y
espiritual grandes reliquias que lo marcan como punto importante de
peregrinación.
Junto a cuerpos de muchos Santos
(Santo Rey Wamba, San Vicente, San Pelayo, etc) en los muros de Arlanza
vivieron una parte del brazo de San Pedro y un dedo de San Pablo, como
certifica en un escrito Fray Antonio Yepes. Otra de las grandes reliquias que
trajo gran número de peregrinos y limosnas al monasterio fue un gran trozo del
Lignum Crucis, el madero donde fue clavado Jesucristo.
Arquitectónicamente el monasterio
no paró su transformación desde su creación hasta el siglo XVIII. Prerrománico,
Románico (siglo XI), tardo Gótico (siglo XV) y Herreriano (siglo XVII) son
algunos de los estilos que aún podemos admirar hoy en el castigado monasterio.
La importancia de San Pedro de
Arlanza fue decayendo y el monasterio entró en decadencia.
Como si el diablo hubiera vuelto
tras romper su trato con el templario, el monasterio comienza a desmoronarse.
En 1841, otro diablo, Mendizabal
y su desamortización, hizo que los monjes abandonaran el lugar para siempre.
Desde ese momento el monasterio
fue expoliado sin control. Afortunadamente algo pudo ser salvado aunque
iniciando largos viajes.
La tumba de Fernán González y
Sancha reposa desde entonces en la Colegiata de Covarrubias y una de las
fuentes del claustro viajó para asentarse en un paseo de Burgos capital.
Pero otras partes de San Pedro
iniciaron viajes más largos en medio del expolio y la desolación.
Una de las portadas románicas de
la iglesia se encuentra en la sala 31 del Museo Arqueológico Nacional de Madrid
desde 1895.
Más largo viaje le esperaba a las
fabulosas pinturas románicas de finales del siglo XI que decoraban algunas
estancias del monasterio. Hoy en día se encuentran en el Museo Nacional de Arte
de Cataluña y, sorpréndanse, en el Fogg Art de la Universidad de Harvard y en
el Museo Metropolitano de Nueva York.
El diablo esperó muchos siglos
para vengarse y mandar todo lo más lejos posible de San Pedro de Arlanza.
Todas las reliquias
desaparecieron y gran parte de su biblioteca y escritos fueron a parar a manos
privadas tras el expolio.
Pero a pesar de la ruina, San
Pedro de Arlanza continúa hoy día siendo un lugar para admirar y disfrutar. Un
lugar plagado de arte, de bellos paisajes y de una fascinante historia llena de
leyendas para recordar.
No queremos acabar este artículo
sin hablar del increíble Pinsapo (especie de Abeto) que sirve de tejado del
Claustro Menor con sus ramas. Especie propia de los bosques del sur de España,
es el único ejemplar de este árbol en la provincia de Burgos. Se cree que tiene
más de 150 años y mide más de treinta metros. Quizás ha crecido y durado tanto
años porque recibe a diario los cuidados del fantasma de una dama vestida de
blanco que dicen vive en la torre del monasterio.
NOTA: En esta entrada nos hemos referido unicamente a las leyendas que envuelven el Monasterio de San Pedro de Arlanza. Por esta razón las fechas de quien creo en realidad el monasterio son erroneas. Las leyendas, leyendas son.
Adjunto dejamos un vídeo de RTVE donde se explica con datos veraces la creación de San Pedro de Arlanza.
Si quieres saber más en relación al arte de San Pedro de Arlanza visita: San Pedro de Arlanza en Arquivoltas
Vídeo: RTVE.
Fotos Pinturas: Museo Nacional de Arte de Cataluña y Museo Metropolitano de Nueva York.
Fotos San Pedro de Arlanza y Ermita de San Pelayo: Miren Oromendía y Andrés Serna. 2013
Me gusta cómo habéis contado la historia de este monasterio, las imágenes que habéis añadido y esas referencias a las leyendas, que lo hacen aún más misterioso y bello.
ResponderEliminarEnhorabuena.