Modelado por las aguas del río Rudrón, el macizo calizo que nos ocupa se encuentra vigilante encima del pueblo de Valdelateja y del poblado abandonado de Siero.
Nos acercamos esta vez a unos de los macizos rocosos más bellos y espectaculares de la zona que ocupa este blog y a una de las más antiguas iglesias cristianas de la provincia de Burgos.
Los más de 200 metros que se eleva sobre las casas han sido siempre una fortaleza natural y tanto romanos como visigodos la tomaron como lugar estratégico y como puesto de vigilancia y defensa. Incluso las crónicas antiguas hablan de la existencia de un castillo o fortaleza entorno al año 945.
La leyenda dice que allí fueron martirizadas las Santas Centola y Elena, cristianas en una época en la que las cuestiones de fe eran perseguidas y castigadas.
Aunque no hay nada cierto o seguro del lugar de nacimiento y martirio de la Santa, la tradición sitúa a la Santa Centola en Siero (pueblo hoy abandonado), barrio de la población de Valdelateja en la provincia de Burgos.
Corría el siglo cuatro de nuestra era y Diocleciano era el cesar del imperio romano, perseguidor y castigo de los cristianos de la época.
Centola, devota en mala época, fue entregada por el señor de las tierras de Castro-Siero al Precepto Eglisio para darla su escarmiento por cristiana.
Eglisio, hombre desaforado y cruel o como dicen escritos posteriores “más fiera que hombre”, “no dexo tormento ninguno sin aplicar a la Santa”.
Centola fue colgada y descoyuntada en caballete, magullada con varas y abiertas en sus carnes.
Sangriento personaje mandó también cortarla los pechos y encarcelarla sin cura alguna para que se desangrara.
Centola en vez de retractarse tras el martirio continuó mostrando su fe con más fuerza por lo que Eglisio ordenó cortarle la lengua.
En su martirio fue visitada en la cárcel por devotas de la zona que intentaron acabara la tortura. Una de ellas fue la noble Elena que al final fue añadida al martirio ya que ambas fueron degolladas juntas el 4 de agosto del año 304.
En el año 782 los señores visigodos de Castro-Siero, Fredenandus y su mujer Gutina, ordenan la construcción de la pequeña iglesia que hoy ocupa el macizo calizo sobre el río Butrón.
La iglesia presenta una sola nave rectangular de ábside cuadrado. En ella destaca la pequeña ventana con arco de herradura, típico del periodo visigodo, que añade una inscripción con los nombres de sus fundadores y la fecha de su construcción.
En el siglo XIV el obispo de Burgos, Don Gonzalo, acumulador de reliquias de santos, pone en aviso a los Obispos de Astorga y León que compran las reliquias de las santas por 300 monedas de oro, para en el año 1317 llevar los restos a la catedral de Burgos donde se las diera mayor culto.
El ascenso a la ermita está perfectamente señalado y no tiene excesiva dificultad.
A medio camino podréis observar lo que queda del poblado de Siero con los restos de la impresionante iglesia que allí tuvieron pegada al cementerio todavía activo. Se hace difícil imaginar hoy en día como sería la larga comitiva de un entierro a esas alturas.
Tras dejar Siero nos acercamos rápidamente a la zona alta del macizo donde se encuentra la ermita. No olvides tocar su campana, es tradición, ya que si lo haces las santas aseguran tu casamiento.
Una vez arriba solo te queda disfrutar de las vistas que te ofrece este fantástico lugar desde cualquier lugar de su perímetro. Admira la bonita Valdelateja y las grandes paredes de los cañones del Ebro. Dejamos con pena tan especial lugar y pronto llegamos de nuevo a Valdelateja.
Caminando por sus calles escuchamos a los lejos de nuevo el sonido de la campana. Un nuevo caminante visita la ermita de Santa Centola y Santa Elena.
Fotos y Video: El Correo de las Matas 2010
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Magnífico blog que se ocupa de unas comarcas que visitamos a menudo y que necesitan se más conocidas, gracias por tu labor. Desde nuestra web www.tourcantabria.com lo difundiremos...saludos
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