No sé exactamente el día pero
debió ser un viernes de noviembre del pasado año 2019.
Nada hacía suponer que aquel iba
a ser nuestro último café en el bar de Paradores de Bricia (Alfoz de Bricia –
Burgos).
Cerró uno de los lugares de mayor
historia de los tiempos modernos en la vida de las personas del Alfoz de
Bricia.
Por allí hemos pasado todos.
Pasaron nuestros abuelos, pasaron nuestros padres y pasamos nosotros. Era la
visita obligada antes de llegar a nuestros pueblos.
Siempre nos esperaron con las
manos abiertas, Carmen en los viejos tiempos y Espe y su familia en nuestros
días. Siempre tuvimos allí un café esperándonos, el único café…
El bar no pudo asumir un último
cambio generacional. La despoblación de la zona lo fue matando poco a poco.
Quizás la autovía de Reinosa fue la primera puntilla para el cierre. Cada vez
menos gente subía el mítico puerto de El Escudo para ir a Burgos desde
Santander.
Tampoco la administración ha
facilitado las cosas. No se pueden pagar impuestos de ciudad en pueblos tan
pequeños y olvidados. Además cada pueblo abrió, con mayor o menor acierto, su
teleclub. Mientras los bares de antaño siguen pagando sus altas tasas de
impuestos, estos nuevos centros no pagan nada. Una competencia claramente desleal.
Los bares de los pueblos pequeños
son muy importantes. Seguramente muchos de ellos no son rentables pero
definitivamente cumplen una función social necesaria en nuestra zona. Cada vez
son menos las zonas donde reunirse, donde charlar, donde conocer las noticias
de la zona. Además fijan población en una zona cada vez más vacía.
El cierre del bar de Paradores
duele más porque era toda una institución en nuestra zona, quizás uno de los
bares más viejos del lugar. Parece como si se hubiese ido otro abuelo de
nuestra zona. Muere otro poco con este cierre la gran memoria de nuestra zona.
Justo en la parte de atrás del
edificio, al otro lado de la puerta de entrada todavía se puede ver un sillar
que puede darnos muchas pistas. En ese sillar está grabada una inscripción que
dice: “Año de 1848”.
Sillar con la posible fecha de la creación de la venta bar. Año de 1848 |
Quizás sea esta, sin duda, la
fecha en la que abrieron nuestro bar, por lo que todavía tiene muchos más años
de lo que pensábamos.
Si leemos a Madoz en el “Diccionario
Geográfico Estadístico Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar”,
escrito entre los años 1845 y 1850, podemos encontrar que justo en esos
momentos se estaba construyendo la actual carretera entre Santander y Burgos
aprovechando las vías del antiguo Camino Real.
La fecha del sillar de Paradores
(1848) cuadra con la creación de esta carretera por lo que podemos decir que,
aunque las demás poblaciones de la zona ya existían mucho antes, Paradores
nació a rebufo de la creación de esta vía de comunicación que hoy es la
nacional 623.
Seguramente nuestro bar nació
como venta. Un lugar quizás en un despoblado, pero en un centro de comunicación importante entre
pueblos. Muy cerca están los pueblos de Bricia, Barrio de Bricia, Cilleruelo de
Bricia, Campino, Renedo de Bricia y Espinosa de Bricia, aunque estos últimos
pertenecían a la provincia de Santander hoy comunidad autónoma de Cantabria.
Ya en el siglo XX, el bar de
Paradores fue tienda de ultramarinos. En su entrada podía verse el cartel que
decía: “Carnes, Vino, Cerveza, Ultramarinos”.
Gentes de los pueblos de la zona
imaginamos podían comprar aquí latas de conserva, azúcar, vino, cerveza, arroz,
salazones, embutidos, huevos, Café, achicoria y un largo etc.
Con el paso del tiempo y al ser
una zona pobre en servicios, Paradores sirvió también de dentista. Cuantas
muelas de vecinos de la zona fueran sacadas allí.
Importantísimo paso para nuestra
zona fue cuando allí se puso uno de los primeros teléfonos del Alfoz de Bricia.
Todavía recuerdo aquel cacharro, antes de llamar había que dar a una especie de
carraca para poder coger línea. Es un recuerdo fijo para todos nosotros, todo
el mundo recibió alegrías y penas en el que fue el primer teléfono para mucha
gente.
Fotograma del corto documnetal Aupa Delibes |
Por allí pasó todo el mundo y
entre ellos uno de los literatos españoles más importantes de todos los
tiempos: Miguel Delibes.
El Bar de Paradores era parada
obligatoria del escritor en sus viajes en bicicleta para ver a su novia. El
veraneaba en Molledo (Cantabria) y ella lo hacía en Sedano (Burgos). El
ciclista Delibes paraba a coger fuerzas en el bar, donde le esperaban huevos
fritos (de gallina de verdad).
Familia Delibes en el Bar de Paradores |
Con el tiempo sus hijos, nietos y
biznietos han recuperado esos kms y juntos, como si de una vuelta ciclista se
tratara, se unen todos los años para recorrer los kms que hizo el abuelo.
Miguel recogió su pasión por la
bici en “Mi Querida Bicicleta” (1988) donde nuestro bar adquiere protagonismo: ”Fuese
para arriba o para abajo, el lugar de refrigerio era el estanco de Paradores de
Bricia, en el páramo desolado, donde me servían un par de huevos fritos con
chorizo, pan y vaso de vino por una peseta, diez”.
Así quedó plasmada la existencia
del bar de Paradores en la obra del Gran Delibes.
Recientemente se estrenó un
documental que narra las vivencias del Delibes deportista por nuestras tierras.
Por supuesto el Bar de Paradores es protagonista en el breve documental “Aupa
Delibes” (2015).
Pero el bar no fue solo un bar,
es imposible no recordar cuantos favores hicieron a las gentes de la zona. Allí
nos cogían el pan, las medicinas, el butano y los recados que la gente dejaba
en su teléfono.
Esta ha sido la historia de una
de las instituciones más antiguas de la zona. El bar que visitó todo el mundo
durante décadas, nadie pasaba de largo, todos paraban. Cuantas partidas de
cartas, cuantos encuentros entre personas, cuantas noticias, cuantos cigarros, cuantos
favores nos hicieron en el bar de Paradores y sobretodo cuantos recuerdos…
Espe en la barra del bar. Fotograma sacado del documental "Aupa Delibes" |
Fotos Antiguas: Familia Sieiro.
Fotos color: Andres Serna.
Foto Familia Delibes: Fundación Miguel Delibes
Otras fotos: Fotogramas tomados del documental "Aupa Delibes"