sábado, 20 de agosto de 2011
LOS PUEBLOS DEL SILENCIO - LORILLA
Nos acercamos una vez más en nuestro blog a otro de los pueblos abandonados que por desgracia cada vez son más numerosos en la zona que nos ocupa.
Visitamos esta vez el llamado “Balcón de Valderredible” en Lorilla, ya que en días de buena claridad se pueden ver casi por completo los 52 pueblos que conforman el ayuntamiento de Valderredible.
Lorilla fue un pueblo eminentemente agrícola y ganadero que a principios de siglo tenía entorno a 70 habitantes en casas a las que nunca llegó el agua corriente pero que si disfrutaron muy pronto de la luz eléctrica (1920), abandonando los candiles de aceite para siempre.
Mientras observábamos los restos de la antaño gran iglesia de San Pedro Apostol, hoy en total ruina, tuvimos la infinita suerte de encontrarnos en el destruido pueblo con Jesús Hidalgo, el último habitante del pueblo.
Jesús nos contó, con esmerado cariño por el pueblo en que nació, como era la vida en Lorilla, como vivió los duros días de una Guerra Civil que castigó con saña a Lorilla y el porqué de su abandono del pueblo en 1971.
Y es que casi se puede decir que la Guerra Civil mató a Lorilla. Su posición extremadamente estratégica convirtieron al pueblo en un centro de ataques de tropas y vaivén de fuerzas de uno y otro bando. Parapetos y fortificaciones son todavía visibles en los alrededores del pequeño pueblo.
Muchas de sus casas fueron reconstruidas tras la guerra y aunque en 1950 se inauguró su escuela, la vida de Lorilla se fue apagando hasta que Jesús Hidalgo y su familia abandonaron el pueblo.
Muy pronto amigos de lo ajeno acudieron al saqueo del pueblo dejándolo en el absoluto abandono que se encuentra en la actualidad.
Abandonamos Lorilla tras recorrer sus calles vacías pero con la increíble experiencia de hablar durante unos minutos con Jesús Hidalgo, su último habitante, que a pesar de todo siente una increíble alegría y cariño por su pueblo.
Ya en casa seleccionando material para este breve artículo nos encontramos en internet esta poesía, que cariñosamente “robamos”, que firma A. Poza y que dedica a Jesús Hidalgo, el último habitante de Lorilla:
A todos aquellos pueblos que ya escribieron su
historia, pues ni siquiera en verano, nadie a ellos
regresa a recordar las nostalgias de la infancia.
Sentado sobre la Loma
en la mirada hacia el Valle,
Lorilla al Ebro le asoma
la soledad de su calle.
Tus vecinos emigraron
a buscar comodidades,
sus posesiones dejaron,
marcharon a las ciudades.
Aquí quedaron heridas,
alegrías y sudores,
y una parte de sus vidas
de ejercer de labradores.
En su memoria llevaban
los recuerdos de su infancia
y en el corazón guardaban
el dolor de la distancia
Las ortigas y las zarzas
se apoderan de los huertos,
de las ruinas de tus casas,
y las tumbas de tus muertos.
En la torre de espadaña
las campanas ya no están,
y aún musita la montaña
los ecos de su talán,
Son las ruinas de tejado
lo queda por secuela,
con restos de un arado
y la emparedada escuela.
Y por los vientos de Lora
desde la orilla del páramo,
se oye a Lorilla que llora
la soledad de un verano.
A. Poza
Más info en el excelente libro:
Burgos. Los Pueblos del Silencio de Elias Rubio
Fotos y Vídeo: El Correo de las Matas 2010
Agradecimientos: Jesús Hidalgo y Familia, Julio Conde
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